Necesitan ayuda: Ollas comunes de Arequipa en peligro

Ante un segundo confinamiento por la COVI-19, los sectores más vulnerables de la ciudad blanca piden ayuda para que las ollas comunes sigan entregando alimentos sobre todo para los adultos mayores y niños.
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Cuarentena sinónimo de hambre. Al decretarse el inicio de un nuevo confinamiento en la provincia de Arequipa, las ollas comunes volvieron a incrementar su demanda. Lamentablemente, por falta de apoyo, algunas terminaron cerrando a inicios de enero y otras con mayor suerte, se mantienen activas con la colaboración de los vecinos.

80 OLLAS COMUNES CERRARON

El presidente de frente de defensa de urbanizaciones y pueblos jóvenes - Arequipa, Leonardo Humani Apaza señaló que desde que inició la pandemia se formaron 180 ollas comunes; pero por la falta de apoyo habrían cerrado 80 de estas.

“Trabajamos con donaciones de la gente. Muchas veces no tenemos insumos y tenemos que hacer una cuota de S/ 1 para tener con que cocinar, el sistema de cuarentena no le conviene a la gente  que trabaja del día a día. Hay jóvenes que no están trabajando, su único refugio de alimentación es la olla común, hemos entrado en crisis todos los sectores sociales vulnerables", indicó.

En el distrito de Mariano Melgar, 5 ollas comunes que un inicio se crearon como símbolo de solidaridad, tuvieron que cerrar por falta de insumos, dejando de alimentar a más de 400 personas diariamente. Se trata de: El Buen Pastor, Nuevo Milenio, Mirador, Sagrado Corazón de Jesús y los Olivos. Ahora los utensilios de cocina lucen empolvadas y dejadas en el olvido.

“Suplico por favor que nos den una ayuda, para que los niños huérfanos y los abuelitos, no queden abandonados. Pido que las autoridades competentes nos provean de insumos, para darles alimento”, dijo el representante de la olla común Sagrado Corazón de Jesús, Fernando Valencia.

SIN TRABAJO

 A fines del 2020, alrededor de 150 raciones de comida se preparaba en la olla común “San Pablo”, ubicada en la asociación Los Pioneros, parte alta de Cayma; pero al iniciarse el nuevo confinamiento del 15 de febrero, la cantidad aumentó a 250 platos por día.

“Los vecinos que vienen aquí, trabajan el día a día; se van a la chacra o son ambulantes y ahora no pueden vender sus productos, los botan o decomisan su mercadería. Había gente que vendía gelatina, chicha, verdura o coca en la calle. Ahora nuevamente están regresando”, refirió Gregoria Quispe Monroy, presidenta de la asociación Los Pioneros.

En esta línea, indicó que un saco de arroz les alcanza para dos días y el gas solo para uno. Asimismo, tienen fechas donde carecen de insumos debido a la alta demanda de adultos mayores y niños que no se les cobra por el almuerzo.

“Hay madres solteras que tienen 3 a 4 hijos que no trabajan, entonces de donde van a sacar para subsistir, en algunos casos tenemos que exonerar. En la parte alta de Cayma hay 17 ollas comunes y no han recibido apoyo del gobierno porque no tenemos personalidad jurídica y no estamos registrados, solo el padre Alex de la Sociedad Misionera San Pedro nos está ayudando”, manifestó Quispe.

SALVEMOS VIDAS

En el distrito de Cerro Colorado se encuentra la olla común “Salvemos vidas 2020” en el sector Apipa, inició con 80 comensales y ahora están con los 120. Y como es de esperarse también tiene problemas para obtener los insumos de comida, así como el gas.

“Antes cobrábamos S/ 1 por familia a hora se pide el mismo monto por plato de comida. De lunes a sábado cocinamos; para los domingos ya no nos alcanza el azúcar, la leche o el cuáquer”, dijo Timotea Sinsaya de 40 años, presidenta de la olla común.

Asimismo, están solicitando con urgencia una nueva cocina, debido a la que tienen no está funcionando adecuadamente y se desperdicia el gas. “Esta cocinita ya tiene años, ya no quiere prender. Parece que está malograda, quisiéramos que nos apoyen” mencionó.

LEY QUE FAVORECE A LAS OLLAS COMUNES

La Ley N° 31126, permite que se pueda canalizar la ayuda del Ministerio del Desarrollo e Inclusión Social a todas las ollas comunes de Perú, tal y como funciona con la repartición de insumos en los comedores populares.

 Para esta distribución   las municipalidades distritales o provinciales serán las encargadas de registrar, organizar, administrar y ejecutar las iniciativas de las ollas comunes. Sin embargo, la ayuda para este sector será únicamente en caso de desastres naturales o emergencia sanitaria.

“En la administración pública, cualquier apoyo o distribución tiene que ser registrado. A qué organización se va entregar, cuántas personas son; de ese registro se van a encargar las municipalidades. Y el estado a través de estas van a canalizar esta ayuda. El apoyo va ser el mismo que se hace para los comedores populares” aseveró el congresista, José Luis Ancalle.

 

 

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